sábado, 11 de abril de 2015

Enamorados de Jesús

[Mateo 22:37-39]

Jesús les dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

Este pasaje nos enseña que debemos amar a Dios primordialmente, donde nuestro amor hacia él debe ser mayor que a cualquier otro e incluso a nuestra propia vida.

“Nuestro ministerio empieza cuando realmente nos enamoramos de Jesús”


Haz de él tu prioridad

“Cuando Jesús es tu prioridad todo lo demás pasa a ocupar un segundo lugar”.

Es Cuando al despertar cada mañana él sea quien llene cada uno de tus pensamientos. A quien primero acudirás en oración, a quien primero buscaras y a quien con ansias obedecerás.

Algunos podrían llamarle a este hecho “Fanatismo”, pero esto es lo que realmente significa una vida en Cristo; no se trata de que él forme una parte de tu mundo, se trata de que él sea <Tu mundo>.

Para nosotros no es una sorpresa ver de qué manera este mundo va a prisas cada día más, pero es necesario detenerse y no ir con la corriente, si no en contra de ella. 

Pero ¿será posible hacer de Jesús tu prioridad en un mundo con estas características?, claro que sí. Y la intención precisamente de este post es poder hacer de Jesús nuestro centro aun en medio de este caos. Veamos cómo lograrlo:


1.      Cada mañana antes de salir corriendo de tu habitación ¡Detente y Ora! Es cierto que estamos llenos de responsabilidades y obligaciones que de alguna u otra manera debemos cumplir: trabajo, estudios, la escuela de los niños, la casa, entre muchas otras; pero es completamente necesario, [muy pero muy necesario] el tomarte unos minutos para buscarlo a Él, dándole tu primer tiempo y disponer así tu corazón a escuchar a través de su palabra lo que quiere decirte.

No importa cuantos minutos sean, lo importante es ofrecerle un tiempo de calidad y “realmente escucharlo”, hago el énfasis en esta frase porque con mucha frecuencia nos presentamos a él sólo para descargarnos y entregarle un baúl de peticiones y muy difícilmente le escuchamos y ponemos atención al cambio que quiere hacer en nosotros. Así que [Escúchalo].

2.      En el transcurso del día piensa, reflexiona, medita en su palabra y aplícala con mayor prontitud (no te demores en poner por obra lo que te ha enseñado el Señor ese día). Si no hay un acto de obediencia a lo que él te dijo, el paso anterior no servirá de nada; recuerda que la intención no es saturarnos de información ni entretenernos con la escritura, sino ser hacedores de la palabra y no tan solo oidores (Stgo 1:22)

3.      Disfruta cada experiencia aún las más inesperadas; en medio de todas tus actividades levanta tu mirada y contempla la naturaleza, sonríe lo más que puedas, mira a las personas a tu alrededor y observa la semejanza de Dios en ellas. ¡Alábale por su Creación!

4.      Comparte tu fe. Sé que a muchos nos resulta un poco difícil hacerlo, siempre estamos llenos de temores donde con frecuencia son producto de la timidez o de cómo podría reaccionar la persona; pero mayormente esos son sólo temores. Debemos hacer el mayor esfuerzo por compartir con otros lo que hemos recibido.  Puedes valerte de todos los medios que hoy día tienes a disposición u obsequiar una Biblia o un libro a alguno(a) de tus amigos(as) de la universidad, trabajo etc. Recuerda que Dios nos ha llamado a ser Sal y luz del mundo.

“El propósito es poder compartir tu fe, mínimo a una persona por día”


5.      Antes de irte a dormir es muy necesario que prepares un tiempo especial con Dios, en el que puedas dedicarte a conocerle, estudiar su palabra, platicarle sobre cada experiencia de ese día, y recordar allí junto a él como su mano y misericordia estuvo en cada una de ellas.


Ahora bien, para que el primer paso pueda lograrse es necesario que creemos
un hábito. En su significado tenemos - Hábito: comportamiento de una persona
repetido regularmente.

La intención no es que sea algo tedioso al hacer, aunque al principio pueda parecerlo, es por ello que el hábito nos ayudara a que sea convertida esta “actividad” en una necesidad.

Se dice que para crear un hábito debe realizarse la misma actividad por 21 días continuos, por ende aplicaremos durante este lapso de 21 días los pasos que vimos en el punto número uno.


RETO #1


Acá les dejo la tabla “creando hábitos”, es necesario que en ella identifiquen la fecha de inicio y la fecha en que deben finalizar este primer Reto. Esta de más decir que deben ir tachando su avance para el alcance de esta meta.


Una vez sea Jesús tu prioridad todo sera diferente, recuerda que él valor de tu vida y la importancia de ella esta únicamente en Él.

Vale la pena hacerlo para nuestro Señor :D


Un Abrazo.