Pasaje Bíblico: Juan
13:36-38
A menudo las decisiones que tomamos son guiados por nuestras emociones (las cuales son extremadamente pasajeras e inestables), de tal manera que al acercamos a Dios, llegamos a hacer afirmaciones como la de Pedro en el (v.37) “…Mi vida daré por ti” pero cuando estas ya no están simplemente olvidamos lo dicho, entonces -he allí el detalle- Dios no lo olvida.
Escuche
ya hace algún tiempo la siguiente frase:
“Dios
no maneja las emociones, sino las convicciones”
Pero ¿que será convicción? Observemos el siguiente significado:
Convicción:
Seguridad que tiene una persona de la verdad, o certeza de lo que
piensa o cree.
La
convicción va de la mano con la FE. Cuando un cristiano vive sólo de
emociones, es inconstante y nada firme en sus decisiones. Es por ello
que nuestro estado de ánimo no debe definir lo que creemos. La Biblia nos dice
algo al respecto:“El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus
caminos” Santiago 1:8
Sin embargo, cuando un cristiano vive a través de la convicción es una persona firme, la cual esta fundamentada en Dios y su fe en él es cada día mas fuerte; es decir que nada de lo que pueda sentir en un momento determinado va a interferir en sus decisiones.
Procuremos pues hermanos, ser prontos a aplicar y cumplir con lo dicho al Señor y que sea nuestra convicción la que nos impulse a hacerlo y no nuestras emociones.
El
Señor nos ayude...
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